Al sumergirse en el agua que brota desde 2,000 metros bajo tierra, una suave sensación oscura envuelve el cuerpo, y la respiración se vuelve lenta y profunda. La temperatura del agua calienta vigorosamente el núcleo del cuerpo, y después de salir, el calor interno persiste como si se hubiera encendido un fuego interno. El agua de cloruro ayuda a mantener el calor y la humedad, contribuyendo a aliviar el frío, la rigidez, la recuperación de la fatiga y el restablecimiento de los trastornos relacionados con el estrés, dejando la piel suave y calmada después del baño. Al sumergirse en el baño de roca al aire libre o en el baño de cintura mientras se siente el viento, uno puede relajarse y encontrar un equilibrio tanto físico como mental, incluso en medio de la ciudad.