La alta temperatura del infrarrojo lejano calienta el cuerpo desde el núcleo, permitiendo sudar abundantemente en poco tiempo. En la tranquilidad, la temperatura corporal sube lentamente, la vista se calma y los pensamientos innecesarios se desvanecen. El ciclo que culmina con el baño de aire fresco al inhalar el aire de la montaña se convierte en un flujo continuo, y cuanto más se repite el ciclo, más ligero se siente la mente y el cuerpo.

Un baño de agua fría que utiliza directamente el agua de manantial de la Meseta Soni, seleccionada como una de las 'Cien Aguas Famosas de la Era Heisei'. La calidad del agua es suave, y la frialdad se siente más profunda que aguda. El calor se disipa silenciosamente desde los pies hasta el tronco, proporcionando una refrescante sensación de enfriamiento. La pureza del agua natural restaura completamente el cuerpo.